viernes, 2 de noviembre de 2007

Respondiendo consignas

Consignas
1) Luego de haber leído el texto de Howard Rheingold y teniendo en mente el concepto de “flash mobs” responder: a) La guerra de almohadas en Palermo, ¿fue un “flash mob”? ¿Por qué?; b) ¿Qué la diferencia del “smart mob” en Filipinas? ¿Por qué?; c) Teniendo en cuenta lo respondido en las dos preguntas anteriores y los conceptos de Reinghold analizar lo sucedido en Plaza Constitución en los últimos días (la quema de trenes), que ocurrió en mayo de este año pero volvió a ocurrir pocas semanas atrás.



Multitudes “inteligentes” jugando a la guerra de almohadas

Los flash mobs son actividades multitudinarias y efímeras que se realizan en lugares públicos y son organizadas por los mismos participantes que se sirven de los nuevos medios de comunicación –como mensajes de texto, mails, blogs- para difundir el encuentro. Por ejemplo la guerra de almohadas realizada en Palermo en Noviembre de 2006 fue un evento de este tipo. A un grupo de jóvenes se les ocurrió, a partir de experiencias similares ocurridas en otras ciudades del mundo, organizar un encuentro en los bosques de Palermo al cual podía asistir cualquier persona con su almohada a fin de participar del juego o simplemente como observador.
Algunos flashmobers afirman que el verdadero espíritu de este tipo de intervenciones urbanas radica en el hecho de poder demostrar el poder de la gente para juntarse en un lugar para realizar una actividad determinada sin necesidad de recurrir a los medios masivos de comunicación ni a ninguna institución u organismo estatal o de otro tipo, sino simplemente haciendo correr la voz a través de las nuevas tecnologías que permiten transmitir mensajes que se expanden en forma de red y pueden llegar rápidamente a millones de personas. En este sentido la guerra de almohadas en Palermo no cumple con las características propias de un flash mob ya que tuvo una gran repercusión mediática y la complacencia del gobierno de la ciudad.
Otro tipo de flash mob muy difundido se conoce con el nombre de fiesta silenciosa. Estas consisten en reunirse en lugares públicos portando cada asistente algún reproductor de música individual (ipod, walkman, discman, etc) y ponerse a bailar cada uno al ritmo de la música que está escuchando.
Si bien estas actividades dan cuenta del poder de organización descentralizada e independiente que otorgan estas nuevas tecnologías de comunicación, la finalidad de los encuentros no suele ir más allá de la diversión de los participantes o un llamado de atención a los observadores casuales del evento acerca de alienación ciudadana, una efímera sacudida a las rutinarias acciones que se dan en los lugares públicos. Pero existen encuentros similares en cuanto a la forma de organización que tienen una finalidad política, que no son motivados por intenciones lúdicas sino que buscan aglomerar gente en un determinado lugar a fin de realizar alguna acción que busca mostrar el descontento social ante alguna situación a fin de revertirla dando cuanta a las autoridades del poder de acción de sus gobernados o sus clientes. Sólo el modo de convocatoria diferencia este tipo de reunión de una movilización tradicional. El caso más conocido de este tipo de flash mob (conocido como smart mob por su contenido político) fue la manifestación que reunió a miles de personas en el centro de la capital filipina en 2001 y derivó en el derrocamiento del presidente Joseph Estrada.
Me parece que lo interesante de este tipo de acciones es la forma en que los usuarios se sirven de las nuevas tecnologías para facilitar la organización de prácticas que ya existían mucho antes que el mensaje de texto y los mails.
Quizás otra diferencia destacable entre los flash mobs y los smart mobs sea que los primeros a pesar de su carencia de contenido político que bien puede pensarse como un uso funcional, inocente y frívolo de las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías, pero tienen como característica positiva que las actividades a las que de esta manera se convoca, son actividades innovadoras. Antes, la existencia de la movida flash mob, la gente no se juntaba para hacer una guerra de almohadas o una fiesta silenciosa. En cambio los smart mobs se tratan más bien de la utilización de nuevas herramientas para convocar a realizar viejas prácticas. Sería interesente que confluyan las innovadoras propuesta de los flash mobs con el contenido político que caracteriza a los smart mobs para que se diseminen por todo el mundo nuevas y más efectivas formas de participación del pueblo en la vida política de las diferentes sociedades. Lo que se conoce como absurd mobs se asemeja un poco a esta idea. Consisten en utilizar este método de convocatoria para realizar alguna acción aparentemente absurda pero con cierto contenido contestatario, para luego difundir las fotos y videos que registran el encuentro y enviárselos a aquellos contra quienes va dirigida la protesta como diciendo “miren todos los que estamos disconformes con esto y la capacidad de organización instantánea que tenemos”. De todas maneras, las acciones de este tipo que se han realizado hasta el momento me parecen muy tibias, muy inocentes (por ejemplo, como pasó en Barcelona, un grupo de personas que se junta en una plaza a patear latas de coca cola como queja ante el hecho de que esa gaseosa “ya no tiene el mismo gusto”) pero pueden ser un buen punto de partida para acciones futuras que apunten a realizar formas creativas de protesta contra cuestiones más importantes.
El caso de la quema de trenes en constitución es un hecho de revuelta popular espontánea más tradicional en cuanto a su surgimiento. La gente no se reúne con ese fin pero algún hecho puntual hace estallar la ira acumulada de la masa. Lo novedoso de este y otros hechos similares que se dan en el marco de la masificación de dispositivos tecnológicos que permiten registrar (mediante fotos o videos) lo que sucede, posibilita que exista registro de lo sucedido en este tipo de manifestaciones populares que, por su espontaneidad, no hubiesen sido registradas por los medios tradicionales.
Creo que las nuevas tecnologías fueron pensadas con fines de alienación más que de liberación del pueblo, pero los resultados de su expansión no pueden controlarse. Son herramientas que pueden resultar muy útiles en la larga lucha del pueblo por su liberación. Creo que aquellos que queremos transformar el orden social vigente no debemos ignorar la existencia de las nuevas tecnologías, ni pensar que cualquier uso de las mismas es funcional al sistema de dominación. Resulta necesario conocerlas, saber usarlas, para aprovechar las facilidades que brindan en cuanto a la difusión de información silenciada por los monopolios mediáticos y en cuanto a la organización de acciones de lucha.